domingo, 30 de julio de 2017

Rematando

Un taller de cestería es el escenario donde se están rematando los mimbres que quedaban sueltos en el espectáculo.


Preparando el primer bolo. El día 11 de agosto a las 22h. presentaremos el espectáculo en Urones de Castroponce. FETAL es un festival de teatro alternativo que nació en este bonito pueblo de adobe y que se está extendiendo a otras comarcas vecinas. Hace unos años nos invitaron a participar también en él con protAgonizo. Encantada de volver para allá, gracias por acogernos. Aquí el cartel de este año:

jueves, 27 de julio de 2017

Cartel

Tomi Osuna, amigo y magnífico diseñador, ha realizado el cartel de Réquiem. 
En una entrada anterior os explicaba de dónde partió la idea (pincha para leerla). 


Y aquí está el resultado:

miércoles, 26 de julio de 2017

En marcha


Hace un año comencé a estudiar el texto de Réquiem en estas mismas playas; he vuelto al mismo lugar para repasarlo porque parece que por fin esto empieza a ponerse en marcha. Me alegra poderos anunciar las primeras actuaciones que tenemos a la vista:

AGOSTO
11 agosto/17. Festival Fetal Urones de Castroponce. Valladolid

OCTUBRE
06 octubre/17. CC El Madroño. Vicálvaro (Comunidad de Madrid)
14 y 15 octubre/17. Pabellón 6. Bilbao
27 al 29 octubre/17. Corral Alcalá (Estreno oficial)

NOVIEMBRE
25 de noviembre/17. Teatro de la Sensación. Ciudad Real.

DICIEMBRE
1 al 3 dic/17. Sala Porta 4. Barcelona
15 al 17 dic/17. Sala Maynake. Málaga

ENERO
20 y 21 de enero/18. Teatro de la Estación. Zaragoza

MARZO
8 de marzo/18. Teatro Principal. Zamora

lunes, 10 de julio de 2017

Clave del gag cómico

Aquí tenéis a Rosita, nuestra técnica, recogiendo del carpintero las cajas que nos han hecho para que las tres lámparas de araña viajen protegidas en la gira. Me ha enviado esta foto por wasap para que las vea... 
-¡Madre mía, Rosa! Pero, si una de ellas parece un frigorífico de lo grande que es... ¡Ay madre! A ver dónde las guardo... ¡Y cómo las transportamos!
-Caben justas en la furgoneta de David (su novio), que me la ha prestado y es más grande... Pero, en la nuestra.... En la nuestra no sé si cabrán quitando los asientos... 
Su cara y pose de preocupación en la foto me hace reír aunque la cosa no tiene ninguna gracia. Y de repente reparo en que, lo que está retratando esta foto (el apuro de Rosa, su humanidad frente al problema), es clave para el gag cómico. 

sábado, 8 de julio de 2017

Tipo y prototipo

El vestido que habíamos hecho para los ensayos abiertos de Guindalera nos sirvió, sólo como prototipo para ver que la idea funcionaba pero tuvimos que deshacerlo entero porque no estaba bien cosido. Lo habíamos hecho con prisa y el hilo era demasiado débil, no soportó el peso que tenía. En este segundo intento, hemos aprovechado a contrapear las chaquetas de otra manera buscando caminos que le dieran a la falda una línea más estilizada y quedara también algo más larga (la versión anterior me estaba un poco corta y por arriba la forma era más mesa camilla). En esta segunda fase ha sido Elena González quien se ha ocupado de hacer toda la labor (un currazo). Hemos tardado varios meses en terminarlo (era complicado encontrar días en que las dos pudiéramos quedar y dedicarlos por entero a ello), pero ayer lo hemos conseguido: fin. Estoy muy contenta con el resultado, gracias Elena. Gracias también a Loreto García Cascales por su valiosa ayuda en la confección del prototipo, hermanito mayor que nos abrió el camino. La tercera fase me toca a mi sola y consiste en mantener el tipo y no engordar más porque, al paso que voy, para el estreno no me abrocha. 

La casa de mi infancia

Unas entradas más atrás os contaba que las perchas eran los únicos objetos que había quedado en la casa de mi padre después de vaciarla y que esa imagen, tan fuerte para mí, se había convertido en el símbolo de su ausencia. De ellas partí para imaginar el espacio escénico. Tienen, además, algo como de huesos. Desprovistas de trajes parecen esqueletos desnudos. 


En el suelo he dibujado un círculo con perchas que delimita el lugar desde el que cuento la historia. En el peine cuelgan tres lámparas de araña. Las mismas que, desde siempre y hasta el final -como anclas- pendieron de los techos de la casa de mi padre. La casa de mi infancia.