sábado, 4 de abril de 2020

Toledo

El pasado siete de marzo realizamos una función de Réquiem en el Teatro Rojas de Toledo. En un principio estaba previsto que se hiciera el 20 de diciembre del 19, pero un mes antes el programador me llamó para decirme que no se estaban vendiendo las entradas, que se daba cuenta de que era una fecha muy mala (antecediendo justo las vacaciones de Navidad) para el tipo de espectáculo que era y, si no me importaba, me proponía retrasarlo y encontrarle una fecha mejor. Me habló de un festival de teatro contemporáneo que programaba en marzo en el que me podría incluír. No puse ninguna objeción, aunque me quedé preocupada pues soy consciente de que, ni yo ni mis espectáculos, tienen mucho tirón -estoy acostumbrada a hacer las funciones generalmente con poco público- y temía que, aún con el cambio de fecha, tampoco funcionara la cosa como él esperaba. A los pocos días me llamaron desde producción del teatro para confirmarme la nueva fecha: 7 de marzo. La sorpresa fue ver que esta vez, desde un mes antes, estaba todo el patio de butacas vendido y solo quedaban muy pocas butacas libres en los palcos. El festival se componía de diez espectáculos en el que se alternaban títulos y actores conocidos con otros que no gozan de estos atributos, es decir, que no era eso lo que marcaba la coherencia y línea de su programación (¡bravo!) y para asistir a ellos había, bien la posibilidad de sacar entradas sueltas para ver un espectáculo concreto, o un bono que permitía ver cinco de los espectáculos o la totalidad de ellos. Sirva este ejemplo para hablar -en este caso aplaudir- de cómo una buena gestión por parte del programador puede conseguir que un espectáculo tenga público buscándole la fecha y el marco apropiado. Muchas gracias, fue una gozada presentar nuestra propuesta en un teatro de estas características con el aforo prácticamente completo. La mala suerte es que justo esas fechas fueron la antesala a la pandemia del maldito Coronavirus y me ha quedado la espina y preocupación de que alguien se pudiera haber contagiado allí. Espero y deseo que no haya sido así. Salucita para todo el mundo y que nos podamos volver a reunir en teatros y calles muy pronto. 

Las actuación que teníamos previsto hacer el 15 de abril en Gijón ha quedado aplazada debido a la situación de 'Estado de alarma'. Se hará después del verano pero aún no está la fecha fijada, en cuanto se sepa algo lo anuncio por aquí. 

Os comparto unas fotos que saqué durante el montaje al precioso Teatro de Rojas:







martes, 11 de febrero de 2020

Unas imágenes

Aquí os comparto unas fotos de nuestro paso por la Abadía cortesía de Elena Burgos, actriz que asistió como espectadora a la función que realizamos el pasado 31 de enero en el precioso espacio San Juan de la Cruz de dicho teatro. Tuvimos la suerte de contar con la presencia de Juan Gómez-Cornejo (nuestro diseñador de luces) durante todo el montaje quien realizó una adaptación especial y delicada de la planta para la iglesia. ¡Qué maravilla es verle trabajar! Fue una pena no haber aprovechado a hacer un buen reportaje de fotos e incluso una grabación en vídeo de la función pues la ocasión lo merecía, pero no caí en prevenirlo. El trabajo de Juan lucía (nunca mejor dicho) así de bonito. Gracias, Elena, por retratarlo.



martes, 21 de enero de 2020

Teatro de la Abadía. Madrid

El viernes 31 de enero tendremos a las 20h una función de Réquiem en el Teatro de la Abadía que formará parte de la programación que ha diseñado mi querida compañera Inma Nieto para la celebración del 25 aniversario de este teatro. Dicha programación acogerá espectáculos, lecturas dramatizadas etc. creados por actores que formamos parte de sus primeras promociones. En mi caso tuve el privilegio de pertenecer a la primera. El teatro de la Abadía abrió sus puertas al público el 14 de febrero de 1995 con el estreno de su emblemático y bello montaje del Retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte de Valle Inclán dirigido por José Luis Gómez. Allí tuve la suerte de compartir escenario con maravillosos compañeros y dar vida a personajes tan preciosos como La Pepona de La Cabeza del Bautista o la Disa de La Rosa de papel, sin duda una de las experiencias más enriquecedoras con la que esta profesión me ha regalado. Las entradas de Réquiem acaban de salir a la venta (se pueden sacar aquí).
 
Foto: Rosa Herrera